El grupo se crea para compartir medios entre profesionales con los que acceder a unos recursos a los que de momento sólo tienen acceso los grandes despachos y compañías multinacionales
Abogados y profesionales de la Justicia de Alicante han creado una cooperativa con la que hacer frente al reto tecnológico que supone la llegada de la inteligencia artificial. Una herramienta a la que pueden tener acceso los grandes despachos, pero que sin embargo puede ser inaccesible para otros más pequeños.
La Justicia ya está viendo cómo algunos grandes despachos de abogados están usando la inteligencia artificial para redactar sus demandas. El letrado proporciona a la máquina los datos necesarios y ésta automáticamente se encarga de escribirla y prepararla para presentarla en el juzgado. Hay quien ve con recelo este funcionamiento, porque si hay un programa que redacta las demandas, con los datos adecuados también podría haber otro para hacer la sentencia. En cualquier caso, parece una realidad que la inteligencia artificial ha venido para quedarse.
«Desde Amazon ya se está dando la posibilidad a sus usuarios de hacerles los trámites para registrar una marca», aseguró a este diario Sandro García, director general de Meta Abogacía, la primera cooperativa de letrados creada para que sus socios puedan hacer frente a estos retos tecnológicos. «Un gran despacho o una multinacional pueden destinar 100.000 euros para la contratación de ingenieros y equipos para usar la inteligencia artificial. Para un despacho mediano, pequeño o micro es algo inaccesible. Pero si se unen varios y aporta cada uno distintas cantidades a lo mejor sí pueden afrontarlo», explicó. De esta manera, nació la idea de esta cooperativa que aun se encuentra en fase fundacional y que pronto empezará a andar. «Podemos ser la primera cooperativa de España y hasta del mundo en poner en marcha este tipo de servicios», aseguró a este diario García. Por el momento cuenta con diez socios fundadores de distintos despachos de abogados de la provincia de Alicante, , entre los que se encuentra el letrado Ignacio Gally, y es de prever que nuevos profesionales se vayan incorporando a medida que empiece a funcionar.
Víctimas o arquitectos
A su juicio, la inteligencia artificial ha venido para quedarse y éste es el momento en el que «aun tenemos el control para decidir si queremos ser víctimas de esta tecnología o los arquitectos del nuevo futuro». Con la cooperativa se pretende no sólo hacer accesible la tecnología a unos despachos de profesionales que de otro modo jamás podrían alcanzar, sino también el buscar métodos de trabajo para usar la tecnología como herramienta para facilitar el trabajo, explicó. A su juicio, llegan nuevos tiempos y es el momento de tener que reinvertarse profesionalmente. A través de la cooperativa se ofrece a los asociados ideas y el desarrollo de estrategias con estas nuevas herramientas. En este contexto son las grandes multinacionales las que podrían adquirir posiciones predominantes desde su posición de disponer de amplios recursos.
«Ya no basta con saber mucho de Derecho, porque la máquina tiene capacidad para saber mucho más», señaló. Además la alternativa no es desentenderse de la inteligencia artificial como si se tratara de una moda pasajera. «Si nosotros no la usamos, el otro la va a utilizar. El trabajo no te lo va a quitar la inteligencia artificial, sino otro abogado que también la use. Es como el que piensa que a él no le va a atacar tigre porque es vegetariano. Tarde o temprano va a pasar», aseguró.
Ante la llegada de las nuevas tecnologías, Sandro García asegura que no se trata tanto de poner el enfoque en las amenazas, sino en «cómo aprovechar las oportunidades que se nos ofrecen». Reinventarse o morir. «Desentenderse es poco menos que un suicidio», aseguró. De esta manera, entiende que para el abogado del futuro quizá lo importante es ser un excelente vendedor de servicios jurídicos y no el saber más Derecho que nadie. «La máquina siempre tiene capacidad para saber más y es capaz de localizar a gran velocidad la información», explicó. Por eso, es importante conocer el producto y ser además un «implacable comprador de tecnología para integrarla en la empresa».
Sandro García aseguró que desde esta cooperativa «no inventamos ni la inteligencia artificial, ni el ChatGPT pero tratamos de que los profesionales compartamos recursos para estar a la altura de los nuevos retos que vamos a tener que afrontar».